viernes, 25 de marzo de 2016

Lacan y Clarice Lispector.

Es allí a donde voy
Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí a donde voy.
La punta del lápiz el trazo.
Donde expira un pensamiento hay una idea, en el últi­mo suspiro de alegría otra alegría, en la punta de la es­pada la magia: es allí a donde voy.
En la punta del pie el salto.
Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí a donde voy.
¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Te espero. Es allí a donde voy.
En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra «tertulia», y no sé dónde ni cuándo. Al lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí a donde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Des­pués de muerta es hacia la realidad a donde voy. Mien­tras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre.
Es hacia mi pobre nombre a donde voy.
Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa.
En la extremidad de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamen­ta. Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo.
Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullan­tes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto.
Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero len­tamente.
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros.
*Clarice Lispector /
Traducción: Cristina Peri Rossi

sábado, 12 de marzo de 2016

'Entre el mito y el espanto' El IVAM, entre un mar de dudas

cultura

'Entre el mito y el espanto'

El IVAM, entre un mar de dudas


Videoinstalaciónde la artista Ursula Biemann en el IVAM. KAI FÖRSTERLINGEFE

La exposición 'Entre el mito y el espanto' reúne 100 piezas de 30 artistas en torno al Mediterráneo como lugar de conflicto
«No queríamos imágenes sensacionalistas, sino aquellas que invitaran a la reflexión», dice Cortés, director del IVAM

En la parte de la exposición que corresponde al mito se puede leer esta cita de Rilke: «Lo bello no es sino el comienzo de lo terrible». La cita no recoge lo que viene justamente después: «lo terrible... que todavía podemos soportar». Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto, que hasta el 3 de julio permanecerá en el IVAM, reúne 100 piezas de 30 artistas reveladoras de esa belleza como antesala del horror desplegado en el más amplio espacio destinado al conjunto expositivo. Espanto, eso sí, amortiguado para que pueda ser soportable y, por tanto, objeto de estudio. «No queríamos imágenes truculentas, sensacionalistas, sino aquellas otras que invitaran a la reflexión», indicó José Miguel Cortés, director del IVAM.
De manera que «más que un puñetazo en el rostro», la muestra pretende motivar con sus imágenes poéticas a una indagación profunda acerca de ese Mediterráneo conflictivo, «con muchas aristas y de difícil solución», precisó Cortés. De la visión cálida, amable, con la que se entra en la exposición, a través de las obras de Benlliure, Pinazo, Sorolla o Muñoz Degraín, se pasa al espanto «más contemporáneo» que ofrecen las imágenes de Xavier Arenós, Adrian Paci, Zineb Sedira, Montserrat Soto, Sergio Belinchón, Yto Barrada o Ursula Biemann.
Como explicó José Miguel Cortés, en calidad igualmente de comisario de la exposición, por un lado está el mar de finales del siglo XIX y principios del XX como espacio de «tranquilidad, sosiego y búsqueda del placer» y, por otro, ese Mediterráneo más problemático de nuestra contemporaneidad relacionado con la migración, los refugiados, las fronteras y las guerras. «El desarraigo está muy presente en toda la exposición». El desarraigo y, con él, esa sensación de «melancolía por lo perdido», abundó Cortés.
«Queríamos huir de la simple denuncia y que las imágenes fueran de gran belleza poética», señaló el comisario. Más que impactar, Entre el mito y el espanto establece un pacto lleno de fisuras entre lo imaginario y lo real; entre el mito de las tierras luminosas bañadas por el Mediterráneo, y el horror que contienen esas mismas tierras por cuantos buscan una vida mejor. Aunque el mar que protagoniza la exposición ha sido durante siglos objeto de disputas, «nunca como ahora ha sido lugar de fronteras e inmensa tumba», recordó Cortés.
A esa tumba se llega después de atravesar el más florido jardín que propone el mito del Mediterráneo, en cuya entrada está Kavafis con su Viaje a Ítaca. «Que Kavafis nos acompañe en este viaje placentero», señaló el comisario. Las palabras del poeta sirven de introducción a la muestra, corroborando las de Cortés: «Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje». Y así, cadenciosamente, fue Cortés desgranando el cambio en la visión del Mediterráneo que se ha producido en menos de dos siglos.
Rogelio López Cuenca, insertado en el mito, desvela lo que se oculta tras esa visión amable. Es la primera advertencia de lo que nos aguarda. Enseguida empiezan a aparecer las imágenes de refugiados (Biemann), de límites y fronteras (Arenós), de personas hacinadas en las escalinatas que conducen a un avión que jamás llega (Paci), de hombres mirando a un horizonte imposible (Sedira), de interminables esperas (Barrada), de lugares fantasmales (Montserrat Soto) y de simple supervivencia (Mohamed Bourouissa).
Debates, talleres, jornadas, un ciclo de cine y diversas actividades completan la exposición Entre el mito y el espanto, con el fin de profundizar en tan controvertido Mediterráneo. Un mar al que se abocan 22 pueblos en busca de felicidad no exenta de melancolía muchas veces siniestra. Cortés apuntó en todo momento su intención de «huir de las visiones fáciles, sensacionalistas», para que mediante fotografías «menos evidentes pero más profundas» la reflexión fuera posible.

martes, 8 de marzo de 2016

Gata Callejera: Entrevista en la Radio

Gata Callejera: Entrevista en la Radio: Hace como mil (años, siglos, milenios) que no publico en mi blog. Y para reactivarlo, comienzo colgando la última entrevista que me han hec...

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Marga Canalejo     Ella es, ante todo y sobre todo una profesional, y sabe....que los globos son, sólo eso, Globos. Blufh$$$$ que, o bien ...

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