Mary Beard: “La identidad tiene que ver con cómo enseñamos la historia”
La experta británica en Grecia y
Roma y Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016 visitó
Madrid esta semana. En esta entrevista habla sobre Europa, la identidad,
las redes sociales y la importancia de compartir el conocimiento.
Asegura
usted que los romanos fueron los primeros en desarrollar algo como un
pensamiento globalizado. Han transcurrido más de dos mil años y mire,
aquí el Brexit. ¿Qué pasó?
Me
gustaría tener una respuesta sobre por qué parece que retrocedemos en
esto del pensamiento global. Realmente me gustaría. Lo que sí creo que
puedo hacer es plantear algunas preguntas al respecto. Parte del
problema está en la desigualdad. No puedo hablar de España, porque no
conozco la situación, pero en el Reino Unido lo que parece muy claro es
que hay personas que han sido beneficiarias del acceso a Europa y al
mundo globalizado, mientras hubo otras se quedaron atrás. Ahí hay un
problema.
Los romanos y los griegos tampoco eran inmunes a esa situación, ¿no?
El
problema es el salto, mejor dicho la contradicción entre ideas que van
en dos direcciones opuestas. Por una parte existe un pensamiento
progresista sobre la integración. Esta idea de moverse a Londres un día y
estar en París a la mañana siguiente. Al mismo tiempo hay una sensación
de quienes no quieren moverse. La pregunta de fondo sería: ¿lo que
ocurre en el Reino Unido que lo que ocurre en EEUU es lo mismo?
¿Obedecen a la misma dinámica? Detrás de todo esto hay un sentimiento de
no pertenencia o ideas muy diferentes acerca de lo que significa
pertenecer.

En el caso europeo es manifiesto, ¿no le parece?
Una
de las cosas que más se ha debatido en el Reino Unido es esta idea
acerca de dónde o de qué somos ciudadanos. ¿Cuándo podemos decir que
somos europeos y cuándo no? ¿Y... por qué? Hay personas que no están en
capacidad de identificar a dónde pertenecen, ni tampoco el motivo
exacto. El tema de la identidad en el mundo global tiene que ver con
cómo enseñamos la historia. Y aunque quiero subrayar lo importante que
eso es, también creo que estas ansiedades sobre la identidad son
propiciadas, explotadas y manipuladas por alguien, por un poder
interesado en crear ese fenómeno.
Lo
importante es que seamos capaces de pensar históricamente, dijo en su
discurso en Oviedo en 2016. ¿Realmente somos más capaces de hacer eso en
el siglo XXI con respecto a alguien del XVIII?
Creo
que a veces nos acomodamos en esta idea de que tenemos una visión más
completa, profunda y amplia de la historia. No estoy muy segura de que
sea así. Si pensamos en la historia como en una manera de entender unos
hechos y relacionarlos con el pasado, es difícil llegar a saber si hemos
avanzado. El debate tiene que seguir siendo productivo, pero no creo
que tengamos una mejor visión del pasado o que seamos mejores
historiadores ahora con respecto a hace 20 años.
El conocimiento es político. En principio, democratiza. Usted, ¿qué opina?
Pensemos
en algo. Si todos dijeran 'hemos estudiado a los griegos y los romanos
en el instituto, vamos a dejarlo estar', pues mataríamos la historia. El
conocimiento es democrático pero lo que realmente es efectivo es la
capacidad de debate que podamos generar a partir de lo que aprendemos.
¿Quiénes pueden participar en ese debate y de qué forma? La idea de que
todo el mundo puede acceder es una fantasía liberal, pero es mejor
tenerla (aunque sea un deseo) que no tenerla en absoluto. Estoy muy
feliz de poder usar la televisión para decirle a las personas: esto es
interesante, puedes disfrutarlo e incorporarte. Todos podemos formar
parte de ese intercambio.
"Estoy muy feliz de poder usar la televisión para decirle a las personas: esto es interesante, puedes disfrutarlo e incorporarte"
Hay una larga historia de
obstáculos en el acceso de las mujeres al poder, pero eso no quiere
decir que las mujeres no lo tuviesen. ¿Cuál es la diferencia entre tener
un poder y ejercerlo?
El tema de
las mujeres y el poder es muy complejo. Tendemos a pensar el poder de
las mujeres con el enunciado ‘cuántas hay representadas en el
parlamento’. Pensamos en el poder en términos masculinos. ¿Qué es para
nosotros ser poderosos? Las mujeres han sido muy efectivas en
determinados mecanismos, la pregunta es cuál es nuestra noción de
representación de ese poder.

Usted
de trolls ha escrito mucho y conoce el tema de primera mano. Hace unos
días alguien dijo que ésa es la cuota que teníamos que pagar por vivir
en un mundo más civilizado. ¿Qué piensa?
Siempre
han existido personas a las que le incomoda el resto. No se trata de
que antes todo el mundo fuese políticamente correcto y ahora, de la
nada, salgan miles de personas que ponen verde a los demás escondidos
detrás de sus portátiles -Mary Beard suelta una carcajada-. La gente
siempre ha sido desagradable y, en el fondo, no podemos imaginar un
mundo que sea siempre políticamente correcto. El problema está en el
alcance global que eso adquiere y en su efecto instantáneo. Soy
optimista con esto de los trolls. Apenas estamos en el comienzo de lo
que sea en lo que vayan a convertirse las redes sociales. Cuando yo era
pequeña, en el colegio, me enseñaban cómo se escribía y se dirigía una
carta. A mí nunca nadie me enseñó a tuitear. Conseguiremos una manera de
encauzar esto.